Cuando llegó a la protectora era muy movido, con mucha energía, no buscaba el contacto con la persona sobre todo al principio del paseo por las ganas de andar pero luego al final se notaba que le prestaba el cariño, era confiado, muy activo y obediente. Es inseguro con perros, no busca conflicto pero como vivió mucho tiempo encerrado en una cuadra le faltan herramientas sociales, no entiende cuando le invitan a jugar y se asusta, nada que no se puede trabajar con paciencia.
La Protectora surge como respuesta al elevado número de animales que son abandonados y/o maltratados en Asturias y a la deficiente atención de que son objeto por parte de la administración
Más información