Ya no es el perro vital y juguetón que llegó a nosotros tras toda una vida atado a una cadena, aquel que no parecía en absoluto un abuelo. Los años y la dureza de vivir en jaula lo han desgastado físicamente, sufre dolores y su carácter se ha vuelto un pelín gruñón, lo que viene a ser un abuelo.
Esta Asociación nace de la idea de tres voluntarias, con el único fin de ayudar a los animales abandonados. Luchamos contra el maltrato animal, el abandono y las camadas masivas no deseadas.
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